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HISPANIA NOVA Revista de Historia Contemporánea
Fundada por Ángel Martínez de Velasco Farinós
ISSN: 1138-7319 DEPÓSITO LEGAL: M-9472-1998 |
NÚMERO 3
(2003)
DOSSIER
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Introducción A diez años del fasto de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, y de un fenómeno social y mediático sin precedentes próximos, el del Voluntariado Olímpico[1], parece útil una reflexión de historia inmediata sobre el desarrollo del Sector no lucrativo y su significación. En este sentido, este artículo muestra el interés que ofrece la prensa local- en nuestro caso leridana- como fuente primaria para la reconstrucción y análisis del Tercer Sector[2], tanto en el aspecto histórico como en el del mejor conocimiento de la realidad sociológica actual de este importante ámbito no exento de polémica ni de tensiones[3], sector de creciente fuerza. Y es que el tema del voluntariado, sus raíces y su significación con relación al mundo económico y a las administraciones del estado está bien presente en los medios de comunicación e incluso ha entrado a formar parte de las cuestiones de debate ilustrado. La prensa local de la última década no desmerece de la rica tradición del sector periodístico leridano desde hace más de un siglo. A ella hay que sumar el papel de la radio y-últimamente- de las redes locales de televisión, sin olvidar la revolucionaria irrupción de Internet en este ámbito, con portales diferentes actualizando la información sobre todos los aspectos de la Cataluña oriental. 1. La prensa, fuente privilegiada del análisis del desarrollo del Tercer Sector local Lleida constituye un microcosmos de una realidad más general[4]. A través del caso leridano podemos ver con mucha más claridad cuál es el peso y el papel de la sociedad civil (articulada en redes asociativas) en la gestión cotidiana de asuntos locales y universales que afectan al común de los ciudadanos. Creemos que la prensa local permite al investigador captar mucho mejor los nódulos y redes del Tercer Sector que la prensa general, que obvia muchas conexiones, y únicamente las explicita en el caso de asociaciones y entidades del Tercer Sector de gran peso cultural, social o económico[5]. La prensa local, con todos sus condicionantes económicos, políticos y clientelares (en otras épocas caciquiles), resulta a pesar de todo bastante más transparente para captar el significado de las redes de sociabilidad. Permite, por ejemplo percibir con mayor claridad la trayectoria de personajes más o menos públicos y sus conexiones con determinadas instituciones y entidades[6]. En este sentido, las redes de las elites locales se manifiestan de modo bastante diáfano[7]. Las elites locales esconden en ocasiones su poder, pero otras veces hacen alarde de su influencia. Su prestigio aparece realzado con la ayuda de los medios de comunicación, muchas veces serviles y fieles a los intereses dominantes de los grupos poderosos. Pero el mismo servilismo y falta de sentido crítico sirven al investigador para leer entre líneas. En particular la prensa local ilustra sobre las conexiones entre poder local y asociacionismo. No es, en este sentido, extraño que la muerte de un personaje como un ex-alcalde franquista dé lugar a una apretada, pero valiosa, genealogía de su intervención en los asuntos ciudadanos[8]. Por otro lado, que esta relativa transparencia de las redes de sociabilidad de las elites locales a través de la prensa local responde a una tradición de este tipo de prensa, donde la incidencia de las redes voluntarias locales y generales ha sido históricamente un destacado objeto de atención. Pero también es evidente que gracias a la prensa se difunden pedigríes y son inventadas nuevas tradiciones, y puestos en circulación nuevos mitos en el imaginario colectivo. En este sentido, nuevas formas de vivir la sociabilidad lúdica y festiva han alcanzado gran repercusión mediática, empezando con la multitudinaria fiesta del Caracol y acabando con las manifestaciones de un folklore tradicional reelaborado, como los grupos de "castellers" o "geganters"[9]. Además, la repercusión mediática de las actividades del Tercer Sector en el ámbito local o más general constituye un importante aliciente o acicate de las actuación de las entidades voluntarias y de los propios voluntarios. A destacar, finalmente, que la prensa local permite ver las sinergias y también ocasionales conflictos que puedan plantearse entre las administraciones, en especial la local, por una parte, y el mundo asociativo por la otra, pero también las connivencias y desencuentros entre el Tercer Sector y el Sector económico lucrativo. Que el Tercer Sector es campo apetecible para las ansias de control político es una evidencia. Pero más difícil es probar en cada caso las maniobras ejercidas desde el poder para lograr dicho control. Sin lugar a dudas el sector asociativo tiene un evidente peso político e incide en muchas ocasiones en la regulación y control de los asuntos colectivos, pudiendo contribuir en gran medida a acrecentar el bien común si no la paz social. La prensa local ofrece abundantes muestras del papel activo de los colectivos en pro de muy diferentes intereses particulares o generales[10]. 2. La multiculturalización de una sociedad "tradicional" Por lo que dicen o no dicen (los silencios pueden ser reveladores) los medios informan de la presencia o, mejor, ausencia de vías colectivas (de tipo asociativo) de participación, control y fiscalización ciudadana con relación a asuntos de interés y preocupación general. Así, el proceso de creciente multiculturalización de la sociedad catalana es objeto de constante atención. En las comarcas de Lleida la inmigración extracomunitaria ha crecido considerablemente, sin alcanzar el volumen de otras áreas puntuales. En 2001 la previsión de los responsables era de que el número de extranjeros legalizados triplicara en tres años. En año y medio habían regularizado sus papeles mil inmigrantes, la mayoría mujeres y niños reagrupados con sus familiares, con lo que la cifra de inmigrantes legalizados ascendía en mayo 2001 a 10.333 personas, de los cuales 1678 comunitarios. Al parecer los inmigrantes solicitaban por término medio dos o tres familiares a su cargo, aunque se daban casos de familias de hasta 6 o 7 miembros. Pero en estas mismas fechas se informaba que la Delegación del Gobierno en Lleida había denegado la residencia a 841 inmigrantes durante el anterior proceso extraordinario de regularización y archivado 241 expedientes más, con lo que la cifra de "sin papeles" seguros se elevaba a más de mil personas[11]. Si por multiculturalidad entendemos la coexistencia y convivencia sobre el territorio de más de un colectivo humano con pautas culturales muy diferentes, el multiculturalismo leridano tiene unas raíces históricas lejanas, medievales, como si en la Lleida nuevamente bajo régimen cristiano desde 1149 hubiera imperado una relativamente buena "convivencia cultural" que habría durado hasta finales del siglo XV con los Reyes Católicos. Judíos y moriscos fueron como se sabe, los perdedores[12]. Más tarde los problemas de convivencia multicultural han girado en torno al colectivo gitano. Aunque las tensiones de tipo multicultural también se han manifestado con menor intensidad a raíz de la importancia que fueron adquiriendo las migraciones peninsulares internas de este siglo, desde la posguerra y durante los años sesenta. En el Este, como en el resto del territorio catalán, una prueba fehaciente del cambio ha sido la presencia de numerosas Casas Regionales, como la de Aragón, con la gallega las más relevantes en esta zona[13]. A ellas hay que sumar la de Castilla-León o la andaluza. En Lleida los cinco centros regionales existentes han llevado a cabo actividades conjuntas de tipo folklórico o cultural[14]. Pero desde hace dos décadas, con la prosperidad agraria y turística de la zona como señuelo, la presencia de mano de obra de procedencia africana ha abierto un nuevo frente de multiculturalidad no exenta de matices conflictivos. La diversidad cultural, así pues, lleva reflejándose de tiempo en los medios locales. Ahora bien, en la medida en que adquiere mayor volumen demográfico y una definición institucional y simbólica más acusada que conlleva el reforzamiento de identidades contrastadas, esta diversidad ha podido generar conflictos culturales y sociales, sobre todo cuando las administraciones no han sabido reconducir o plantear correctamente ciertas situaciones. Es cierto que en la primavera de 1996 se planteó un conflicto de bailes regionales con motivo de las fiestas de mayo. El día 12, domingo, jornada final de dichas fiestas, los grupos (colles) sardanistas no quisieron participar en el encuentro de geganters (portadores de gigantes) con las casas regionales. Este boicot ya se había anunciado desde el jueves anterior cuando la Federació de Colles Sardanistes de les Comarques de Lleida hizo su pública su negativa a participar en el acto con las cinco casas regionales. Los cinco grupos sardanistas de Lleida se sumaron al boicot, junto con otros más de veinte grupos sardanistas. La razón del boicot no era otra que el rechazo de mezclar el baile de sardanas con una muestra de bailes regionales en un mismo programa de cultura catalana , rechazo manifestado en una carta de los órganos directivos de la Agrupació de la Federació Sardanista de les Comarques de Lleida y de la Agrupació de Colles Sardanistes de les Terres de Lleida, del 30 de abril anterior, carta dirigida a los grupos de baile catalán (esbarts dansaires). La fusión de bailes se debía al acortamiento en un día de la duración de las fiestas, cosa que obligaba al ayuntamiento a incluir la actuación de las casas regionales en el acto "geganter", situación, ésta, inédita. No aceptaban los sardanistas que en una fiesta mayor de una ciudad catalana como Lleida se tratara del mismo modo a las sevillanas y jotas aragonesas que a las sardanas, los "gegants" o los bailes típicos catalanes. El Ayuntamiento de Lleida no aceptó este boicot y mantuvo la convocatoria de acto conjunto, al tiempo que solicitaba a la Federació de Colles Sardanistes que reconsiderara su actitud[15]. Finalmente, y a pesar de la oposición de la Federación sardanista, la fiesta convocó a ocho mil personas, que se acercaron al campo de la Unió Esportiva Lleida para presenciar la actuación de 200 "gegants" y 700 castellers. Sólo que a medida que avanzaba el acto la consigna de reventar el acto fue ganando terreno. A medida que iban actuando las Casas Regionales, y con el son de fondo de cantos regionales, grupos espontáneos de "geganters" mostraron su solidaridad con las "colles sardanistes" con melodías de "gralla", canto de "Segadors" y gestos de manos simbolizando las cuatro barras. Este proceder dividió a "castellers" y "geganters", ya que había quienes protestaban y pedían a los otros que depusieran su actitud por respeto a quines estaban actuando. Pero no tuvieron éxito y los opositores acabaron formando una sardana gigante. La noticia de prensa informa de que la tensión se fue extendiendo a medida que el acto iba avanzando y la mayor parte de "gegants" fueron abandonando el césped antes de acabar su actuación. El boicot promovido por las "colles sardanistes" y los incidentes en el campo de fútbol determinaron la protesta del concejal responsable de la Comisión de Fiestas, Pere Yugero, quien expresó, no sabemos con qué base, que el acto y su significado no eran compartidos por los leridanos. Por su parte , después de estos incidentes, el presidente de la Federació de Cases Regionals de Lleida, Cosme García, carismático dirigente de la Casa de Aragón, mostró su perplejidad ya que jamás había habido problemas de entendimiento, según él, entre colectivos. Según él, en esta ocasión había habido gente interesada en atizar el conflicto ("embolicar la troca"). Asimismo, la Federació d'Entitats Culturals Andaluses a Catalunya (FECAC) también expresó su sorpresa por la actitud de los sardanistas leridanos, protestando al tiempo por el carácter poco edificante y democrático del boicot. Pero no parece que este episodio conflictivo, probablemente debido a una mala gestión municipal, dejara heridas duraderas. Por ello, y a tenor de lo que reflejan las fuentes disponibles, se puede decir que el conflicto entre colectivos culturales de este tipo ha constituido la excepción. La prensa de la capital y de comarcas no ha cesado de referirse a las actividades de las entidades de cultura popular y tradicional catalana como la Federació Sardanista de les Comarques de Lleida, por ejemplo[16]. La participación de colectivos de estas tierras en actos de cultura popular tradicional catalana es continua a lo largo del calendario anual. Como muestra un botón: AngleSola participaba en mayo de 2000 en la tercera edición de la "Trobada de la Federació Catalana dels Tres Tombs" en la localidad de Ripollet, con su carruaje estrella, el "Carro Gros", cargado con 420 sacos de trigo, segados a la manera tradicional con la hoz y atados, con un peso de más de cuatro mil quilos. El carruaje era arrastrado por los "cinc animals més emblemàtics" - así se expresa la noticia de prensa- de la Sociedad de Sant Antoni Abat de AngleSola. Ni que decir tiene que del certamen de Ripollet la Sociedad de AngleSola se trajo el premio a la carga más original. La "tradición" y el folklore son conceptos definidos pero flexibles al mismo tiempo, adaptables. Es así como una "tradición" popular trasplantada de otras partes, como los "castellers" y las "colles castelleres", también ha llegado a prosperar e ilusionar en las tierras de "Ponent", de manera que el menor pretexto se ha convertido en una buena excusa para que surja la celebración festiva y para la aparición, ¡oh tradición inventada de la nada!, de nuevos "pedigríes"[17]. La labor de reafirmación identitaria de las formaciones sardanistas, "esbarts dansaires", "castellers" o "gegants" ha ido en paralelo al interés por las manifestaciones de música popular y tradicional[18]. Los eventos musicales, unos de carácter puntual otro de tipo recurrente, han tenido detrás de su organización a activos grupos locales. Alguna de estas citas musicales ha adquirido carácter estable, como los encuentros de verano de acordeonistas en Arsèguel, que ha congregado a muchos músicos de este instrumento procedentes de todo el Planeta con buen éxito de público: unas tres mil personas en julio de 2000, con motivo de la XXV Trobada d'Acordeonistes del Pirineu. Así pues, en un contexto donde la presencia ritual y simbólica de la cultura popular tradicional está asegurada, mucho más que de un muy esporádico conflicto intercultural, hay que hablar de una relativa normalidad cívica, no exenta de brotes racistas aislados que pueden ir en aumento. En este sentido, un multiculturalismo mal entendido (queremos decir, entendido como segregación cultural) ha constituido en la historia inmediata, por lo menos hasta cierto punto, un claro factor de marginación social, en virtud de cuyo proceso, determinadas minorías culturales y étnicas marcadas (como los gitanos) han tendido a agruparse en espacios degradados como signo de diferencia y al mismo tiempo frontera real. En particular hay que estudiar como en la historia reciente la gestión municipal ha conducido a la degradación del casco antiguo de Lleida y a la conversión de parte del mismo en una zona de exclusión social, cosa que no ha sucedido con otras capitales catalanas. Así concretamente en el barrio de San Llorenç, del centro urbano, se vivieron importantes brotes de conflicto racista al establecerse en aquella parte de la ciudad inmigrantes africanos, primero hombros solos, más tarde acompañados de sus familias. A mediados de 1989 la Associació de Veïns de Sant Llorenç declaró persona non grata el propietario del African Bar de la emblemática calle de la Palma, de manera que en 1990 y 1991 el conflicto estaba servido. No cabe la menor duda que en aquel momento la administración estatal- mandaba el PSOE- y el conjunto de fuerzas vivas fueron lentos de reflejos con relación al fenómeno de la nueva inmigración extracomunitaria. En este sentido la Ley de Extranjería promulgada el 1 de julio de 1985, que reglamentaba la migración de trabajadores extracomunitarios y su contratación, cuando el fenómeno no había adquirido las proporciones actuales[19], demostró ser desde el principio un instrumento inadecuado si no contraproducente. En relación al centro histórico de Lleida y su irrefrenable degradación, les medios de comunicación se hicieron eco en repetidas ocasiones de la desmoralización de la población autóctona. Pocas ciudades catalanas han presentado durante los noventa un aspecto tan sórdido como el de dicha zona urbana, con la acusada presencia de vagabundos, población transeúnte de aspecto descuidado de procedencia africana, y la recurrente aparición (tolerada, según vox populi) de traficantes de droga. De una entrevista a una responsable de programas de atención social (1998), resultó que la dispersión de los moradores históricos de esta parte de la ciudad era irreversible y la gente que quedaba en el barrio vivía en una ciudad de precariedad e inseguridad: "som pocs els que hi passem". El tráfico de droga no sólo se había instalado, sino que claramente iba en aumento. De los nuevos moradores muchos eran africanos occidentales, magrebíes: bastantes de ellos trabajaban en servicios domésticos. También había moradores procedentes del África central. Ocupadas, las mujeres, en servicios domésticos, mientras que los hombres encontraban trabajos en la agricultura, la construcción o el peonaje. Mas las necesidades del desarrollo agrícola altamente productivo de la zona, y la endémica falta de mano de obra local, determinaron a lo largo de los ochenta una creciente afluencia de extranjeros temporeros. Extranjeros cuyas condiciones de vida generaban contradicciones entre los agentes sociales[20]. En este contexto actuó un primer colectivo étnico, la Asociación de Trabajadores Africanos de Lleida y Provincia, 1989-1991. Otros hechos racistas de entidad tuvieron lugar en la zona durante los primeros años noventa, Así, en Fraga, ciudad que dista 20 Km. de Lleida, importante punto de atracción de trabajadores durante la temporada de cosecha, desde principios de 1992 se documentan enfrentamientos entre los temporeros del Magreb y parte de la población local. Ya en junio de 1990 se produjo la agresión a seis magrebíes que dormían en el campo de fútbol antiguo de la ciudad por parte de doce jóvenes. A consecuencia de la agresión, y después de un proceso de confrontación ciudadana, se produjo la dimisión del alcalde de la localidad, Francisco Beltrán. 3.La presencia cotidiana del Tercer Sector en la prensa desde la Transición La visualización de la realidad del Tercer Sector en la prensa local ha ido en aumento en las dos últimas décadas. La comparación con los inicios del actual régimen democrático borbónico no ofrece, en este aspecto, lugar a duda alguna. En los años de la Transición la información sobre las organizaciones voluntarias se limitaba en general a ámbitos muy concretos como la tradicional actuación de beneficencia (identificada básicamente con Cáritas), el cooperativismo agrario o el deporte, dentro de unas estructuras organizativas heredadas del antiguo régimen, pero en vías de reconversión más o menos real o aparente. Los grandes ámbitos del Tercer Sector se encontraban todavía bajo el signo de la tutela del Estado o la Iglesia. Se toleraba la expresión de inquietudes folklóricas ("aplecs sardanistes") y musicales como el XII Aplec coral de les terres de Lleida en Cervera. Pero los cuadros y autoridades empezaban a preocuparse de lanzar mensajes populistas conectando con sectores que expresaban necesidades sociales más o menos acuciantes. Por ello gestos "políticamente rentables" como visitas a barrios con carencias urbanísticas, escolares o sanitarias no se hacían esperar[21]. La Beneficencia dependía ,en gran medida, de la Iglesia católica. Sus organizaciones de voluntariado, como Cáritas, estaban en una situación de privilegio para exponer su mensaje a la ciudadanía. Pero empezaban a comprender que deberán reacomodar su estrategia a los nuevos tiempos[22]. Se vivía agudamente la necesidad de articular vías nuevas, "políticamente correctas",de participación política, con vistas a la campaña electoral. Decimos bien "políticamente correctas", ya que las expresiones políticas o sindicales de tipo "rupturista" era tergiversadas y condenadas por una prensa que no había cambiado totalmente los esquemas ideológicos legados por el totalitarismo nacionalsindicalista[23]. Una portada de periódico subrayaba en junio de 1977 que, de norte a sur de la provincia, de este a oeste[24], en Lleida "la protagonista era la palabra", a través de todo tipo de meetings y reuniones políticas: "programas, soluciones a corto y a largo plazo; la mercadería de los candidatos se ofreció en pequeñas y grandes reuniones". En aquellos momentos el incipiente sindicalismo libre buscaba espacios. Así, el (nuevo) sindicato legal Unió de Pagesos se pronunciaba contra la institucionalización de las Cámaras Agrarias[25]. Iba tomando forma un país que recuperaba unas libertades formales y una instituciones democráticas[26], y que se iba sumiendo en lo que se dio en llamar el discurso del "desencanto", un discurso no exento de retórica oportunista. Este discurso establecía que el joven "pasaba de todo" ("el "rollo" va por otro lado"). Un autor local se preguntaba: en Lleida, ¿dónde ha quedado la concienciación juvenil de antaño? Denunciaba que disminuían, a escala nacional, la afiliación a los partidos, por lo que (sic) se "pasaba" de la seriedad política. Y apuntillaba con sorna, sin duda pensando en el modelo "mayo 68": ¿quiénes dijeron que debían hacer la revolución?[27]. No se conocía en la transición la eclosión de organizaciones voluntarias que se ha desencadenado en las dos últimas décadas. El Tercer Sector seguía con su ya vieja dinámica originada desde la segunda o tercera década del siglo XX, donde se primaba a sectores como el del deporte. Téngase en cuenta que, si un ámbito había reforzado por conveniencia propia el régimen precedente, éste había sido el deporte. Por ello no deben sorprender las páginas que la prensa local de la Transición dedicada al deporte en cada localidad leridana de cierta magnitud, como Cervera o la misma capital, en donde se destaca la renovación de instalaciones de entidades deportivas como el Club Natación Lérida. A medida que la Transición del Franquismo a la Monarquía Borbónica restaurada se va consumando con la ayuda impagable de una izquierda en el poder (municipal, autonómico, central), cada vez en posiciones más de centro-derecha, una parte del movimiento ciudadano desencantado por la defección de la izquierda, y en particular el sector de la juventud de la clase media cultivada (universitaria) iba encontrando sus canales de participación en los nuevos movimientos de tipo pacifista y ecologista, al tiempo que la nueva sensibilidad de cooperación internacional (antesala del movimiento antiglobalizador de los últimos tiempos) iba en aumento. Se hacían oír voces a favor de la objeción fiscal y de que los movimientos pacifistas pasaran a unas "formas de acción más directa dejando de contribuir mediante la objeción fiscal al financiamiento de los gastos militares, con lo que crecerían los recursos para la construcción de la paz"[28]. No es que hubieran desaparecido el asociacionismo político o el reivindicativo, representado por el movimiento vecinal[29], porque es evidente que el movimiento ciudadano seguía despierto y vigilante en el control de la acción de los electos[30], pero lo cierto es que el público leridano empezaba a acostumbrarse otras formas de intervención del Tercer Sector. De ahí el goteo de noticias referidas a la colaboración activa con el Tercer Mundo. Que seis localidades de Lleida de ayuda a Etiopía y Eritrea, estuvieran organizando la recogida de medicamentos, jabón, aceite y máquinas de coser, entre ellas Tàrrega y la capital, dentro de la Campaña organizada por la Crida por toda Cataluña, ya casi resultaba una noticia banal[31]. Por otro lado, la consolidación de la libertad de prensa y del resto de libertades formales y materiales, conllevaba la posibilidad de conocer y debatir mejor el pasado histórico reciente. Los canales e instrumentos a través de los cuales el nacional catolicismo anterior había sometido a la sociedad civil local y frenado el crecimiento de un Tercer Sector potente e independiente eran ahora puestos en evidencia por jóvenes intelectuales e investigadores como Miquel Pueyo o Julià Graus, en su estudio sobre los jerarcas del régimen antiguo y el papel del Movimiento en la cultura local[32]. Además la prensa local- el cuarto poder- establecía contactos con el Tercer Sector. Así, la Mañana iniciaba una colaboración con la Asociación de Voluntarios de Protección Civil de Lleida[33]. Bien es cierto que la situación del Tercer Sector experimentó cambios substanciales desde la segunda mitad de los ochenta y durante los noventa. El traspaso de competencias sobre asociaciones y fundaciones del Estado central a la Generalitat de Cataluña no se acompañó hasta los noventa de una acción legislativa paralela que mirara de ordenar el Tercer Sector. Sea como sea, la realidad que fue emergiendo fue la de una sociedad donde el voluntariado y la participación ciudadana a través de asociaciones iba en aumento. La gran operación mediática, económica, simbólica y deportiva que fueron los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992 generaría por primera vez la imagen de la fuerza cívica y las excelencias del movimiento voluntario. El gobierno de centro-derechas "nacionalista" de Convergència i Unió quiso capitalizar el fenómeno del voluntariado con la creación en 1991 del Instituto Catalán de Voluntariado (INCAVOL)[34]. 4. La participación ciudadana vía Tercer Sector La más superficial aproximación a los medios de comunicación del Poniente catalán sugiere una considerable vitalidad del sector asociativo, tanto en número de asociados como en la aparente calidad de la intervención de las asociaciones, a veces en terrenos de alta especialización. Incluso se dan casos en que las autoridades locales celebran Consejos consultivos con asociaciones locales[35]. Administración local y asociaciones vecinales alternaban enfrentamientos y situaciones de colaboración. Principalmente, pero no sólo en la capital, los problemas urbanísticos, sociales y culturales han movilizado a las entidades vecinales, pero también a veces han suscitado la actuación de grupos no necesariamente afiliados o encuadrados en organizaciones ciudadanas estables[36]. Por razones obvias, el poder local ha mimado a las organizaciones vecinales[37]. En Lleida, el Gobierno Municipal o Paería ha aparecido en los medios locales de comunicación como promotora de importantes equipamientos vecinales, espacios para actividades ciudadanas o locales de reunión[38]. La desaparición de alguna de las entidades históricas no ha pasado desapercibida a una prensa[39] que por encima de todo da cuenta de nuevas actuaciones solidarias de ONGs que van surgiendo, como Lleida Solidària[40], no sé sabe con qué carácter de continuidad. Parece como si esta información a través de los medios de comunicación sirviera para aliviar la mala conciencia colectiva. Por otra parte, el protagonismo mediático cotidiano del Tercer Sector no sólo afecta, como podemos ver, a asociaciones "históricas" de consolidado prestigio público y bien enraizadas institucionalmente, tales como Cáritas o Cruz Roja,[41] que por otra parte son las organizaciones que mayores ayuda pública reciben a nivel estatal y, seguramente, también a nivel catalán[42]. Si los avatares de colectivos como el Centre Excursionista de Lleida o la Unió Esportiva Lleida[43] tienen una más o menos amplia cobertura mediática, el notable peso ciutadano de asociaciones y organizaciones históricas de economía social - como la Mutua Lleidatana[44] - se manifiesta en la vida cotidiana de Lleida o de cualquier otra ciudad comarcal catalana[45]. La vinculación de los poderes locales con iniciativas del sector empresarial, pero también con iniciativas de tipo colectivo propias de la llamada economía social (léase) cooperativismo o mutualismo, es puesta de relieve de distinta forma en los medios de comunicación. Si, como decíamos, la administración local y el tejido asociativo establecen relaciones de colaboración, en ocasiones se producen conflictos. En junio de 2000 el alcalde de Tàrrega pedía a la concejal de una coalición independiente, AIPN, Núria Robert, que dejara el cargo de edil o renunciara a la presidencia de la Associació de Comerciants de la ciudad[46]. De hecho es normal que las asociaciones actúen como contrapoder. Hay que decir que la fuerza política local de comerciantes e industriales en ciudades comarcales como Tàrrega ha sido considerable[47]. Hasta qué punto el poder local, por un lado, y el resto de administraciones (en particular la Generalitat) buscan sinergia y colaboración con el Tercer Sector? Las divisiones y enfrentamientos políticos favorecen el clientelismo. El mundo asociativo, por su parte, está bastante atomizado. Las diversas administraciones intervienen para controlar en mayor o menor medida el amplio sector del ocio ciudadano, infantil, juvenil o de la Tercera Edad. No es raro que, ocasionalmente, las administraciones pongan en circulación plataformas asociativas para los planes que intentan llevar a efecto. Así el Instituto Municipal de Educación leridano consulta a un "Plenari dels Infants" (uno de cuyos miembros es el hijo de un electo) en cuestiones referentes de optimización del tiempo de ocio de los escolares y en otros aspectos como seguridad o higiene infantil[48]. Resulta difícil evaluar a través de la prensa local hasta qué punto administraciones, por una parte, y sector lucrativo por la otra han apoyado a las organizaciones del Tercer Sector a cumplir con sus objetivos. La información al respecto es escasa. Se sabe que, a nivel estatal, el Ministerio de Asuntos Sociales destinó en el año 2000 más 16.000 millones de pesetas a subvencionar 347 ONG (919 programas sociales), un 12 % más que en 1999[49]. A programas de Tercera Edad fueron a parar 3.317 millones; a minusválidos, 2580 millones, a "infancia y familia" 2.432 millones, 1.419 millones iban destinados a mujeres, inmigración y asilo 1.392 millones, 1.385 millones a jóvenes o 1.090 millones a drogodependientes. Por otra parte, menos de 1000 millones se destinaron a la formación de voluntarios, proyectos con el pueblo gitano, reclusos y afectados por el sida[50]. No hallamos un equivalente de distribución de subvenciones y ayudas a nivel comarcal, por ejemplo. Aunque sí consta que la Comisión de Gobierno del Ayuntamiento leridano aprobó subvenciones por un valor de casi 30 millones para diversas entidades. Las que más recursos municipales recibieron fueron las Asociaciones de Vecinos, FAV y la FAVIBC, con ayudas que alcanzan los 16 millones, lo que supone más de la mitad del total![51]. El resto de las subvenciones se desglosa así (en millones de pesetas). Casas regionales:.............................. 3,1
Associació Catalana d'Amics
del Poble Saharaui:............................ 2,5
Centre de Cooperació Internacional:.... 1,3
Associació Juvenil ller-Rock i Coordinadora
Musical de Ponent:............................ 0,7
Creu Roja:......................................... 0,6
Càritas Diocesana:............................. 0,4
Associació per les Nacions Unides:..... 0,4
Durante el ejercicio 2000-2001, el Ayuntamiento o Paería de Lleida habría destinado 130 millones de pesetas a proyectos de colaboración con los países del Sur. Seis de los 28 proyectos de 24 ONG eran proyectos destinados al África, según prioridad acordada por la Paería. La supervisión o revisión de dichos proyectos de "ayuda humanitaria" corría a cargo de la Cátedra Jean Monnet, que cumplía con el cometido de realizar una preselección posteriormente ratificada por el Consell Mixt de Cooperació[52]. Por otro lado no sorprende la cuantía relativa de la aportación municipal a la Associació Catalana d'Amics del Poble Saharaui. Las campañas por el reconocimiento del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación y de solidaridad con sus refugiados han logrado en las comarcas orientales de Cataluña la misma acogida que en el conjunto de Cataluña[53]. El tema del financiamiento local (municipal) del Tercer Sector ha sido muchas veces un tema tabú. En este sentido, comparar trayectorias resulta extremadamente útil. La Paería leridana ha seguido, posteriormente, con esta política de ayudas a entidades vecinales y a casas regionales, en base a criterios explícitos: colaboración entre entidades, fomento de la solidaridad, tolerancia e integración social, sostenibilidad y potenciación del civismo entre el vecindario[54]. La problemática de la inmigración extracomunitaria y la regulación del mercado de trabajo ha ocupado en estos últimos años una parte importante de la atención de las organizaciones humanitarias, pero también de los sindicatos. La Unió de Pagesos gestionó por lo menos durante dos años consecutivos el reclutamiento de trabajadores colombianos para la campaña frutícola, agricultores de profesión hospedados en un albergue de Alcarràs, en conexión con el ayuntamiento[55]. Distintas ONG y organizaciones benéficas como Cruz Roja se movilizaron por la situación de los inmigrantes totalmente indocumentados. Esta circunstancia se fue convirtiendo en la principal traba de los inmigrantes que querían regularizar su crítica situación, pero no tenían manera de demostrar que habían llegado a territorio español antes de junio de 1999. De manera general, y en sintonía con la tendencia extendida de las redes asociativas sensibles a estas cuestiones, las ONG de Lleida siguieron con preocupación y ánimo de denuncia el endurecimiento progresivo de la política e inmigración y de la línea cada vez más restrictiva en materia de derechos de los inmigrantes por parte del gobierno del Partido Popular. La campaña subrayaba los grandes peligros de una reforma de extranjería que pretendiera establecer una línea artificial entre los inmigrantes legales y los ilegales, según la política expresada por el delegado del gobierno para la Extranjería i la Inmigración, Enrique Fernández-Miranda, para quien había que distinguir dos clases de "derechos de los inmigrantes": los derechos fundamentales, independientes de la situación personal de cada inmigrantes, y "lo que podríamos llamar derechos de tipo social"[56]. De poco sirvieron estas campañas, ya que finalmente el recorte increíble de derechos del extranjero no comunitario se convirtió en ley. En los últimos años las ONG especializadas han actuado en terrenos punta. El Grup d'Amnistia Internacional de Lleida colaboraba activamente en apoyar las acciones contra violaciones de los derechos humanos en Colombia (declaraciones de la miembro local Lluïsa Huguet, Campaña "Els volem vius") y se hacía eco de las vulneraciones de derechos humanos en el Centre Ponent, la cárcel de Lleida, y en otros centros penitenciarios españoles, vulneraciones analizadas por el grupo londinense de Amnistía Internacional[57]. El periódico Segre, más explícito en este punto que la Mañana, denunciaba que, según Amnistía Internacional, los reclusos de la cárcel de Ponent vivían torturas y malos tratos[58]. Los Sindicatos del Centro Penitenciario criticaban la falta de atención médica a los reclusos y que las condiciones de aislamiento eran precarias, así como las condiciones de trabajo de los funcionarios en un penal con más de 70 presos altamente peligrosos, la mitad de los así considerados para toda Cataluña[59]. Se echa de ver, pues, una atención por parte de la prensa a la actuación del Tercer Sector en relación al convencionalmente denominado "Tercer Mundo", atención no menos acusada que la bridada al "Cuarto Mundo". En tal sentido, trascendió que otra ONG especializada, la Associació Anti-Sida de Lleida, recaudó el 14 de junio del 2000 casi medio millón de pesetas en una subasta de obras cedidas de modo altruista por artistas leridanos[60]. Días antes, y coincidiendo con el Día internacional Memorial de la Sida, esta asociación había desarrollado actividades de sensibilización ciudadana y de recuerdo de cada una de las víctimas de esta enfermedad. 5. Nuevas tendencias del movimiento voluntario Particularmente en el campo de la exclusión social y muy concretamente en el tema de las minusvalías, la atención de la sociedad leridana y de sus organizaciones voluntarias especializadas en este campo, ha desarrollado una actividad en muchos aspectos pionera en Cataluña. Las autoridades locales han colaborado en la organización de magnos certámenes (ferias especializadas) en torno al tema. Y han ayudado a las iniciativas al respecto con recursos importantes. Así, la Diputación de Lleida cedió terrenos( una propiedad de más de 4.000 metros cuadrados) a la Associació d'Ocupació i Esplai de Catalunya, ANDEC, para la construcción de un nuevo centro dedicado a jóvenes en edad laboral con disminuciones psíquicas[61]. Y, por su parte, La Paería concedió un terreno gratis a la Associació Plançó, en el leridano barrio de la Bordeta, para la construcción de un centro de formación ocupacional para menores de ambos sexos con discapacidades, transtornos psicóticos o de autismo para un máximo de 32 personas. Su presidente, Francesc Purroy, se mostró vivamente agradecido con el Ayuntamiento de Lleida por su sensibilidad en relación a esta cuestión[62]. Las relaciones entre el sector voluntario o asociativo y las administraciones, la central, la autonómica o la local no han sido siempre fluidas, ni tampoco necesariamente armoniosas. A nivel español, primero socialistas y luego populares han tratado de atraerse y de instrumentalizar en la medida de lo posible el sector voluntario. Con el gobierno del Partido Popular hemos asistido al espectáculo de la división entre las grandes entidades del Tercer Sector en España, cuya fuerza se nutre en buena parte de efectivos del sector del voluntariado[63]. A nivel catalán, la instrumentalización de las federaciones voluntarias por el poder Convergente a nivel catalán, pero también la tutela de las asociaciones locales por los ayuntamientos nominalmente de izquierdas, no han cesado. En otro orden de cosas, la incorporación de la mujer como agente activo de la transformación cultural se hace cada vez más aparente a lo largo de la historia reciente. Entre las múltiples asociaciones que han venido promoviendo actividades e animación y agitación cultural o lúdica en las comarcas, destacan diversas sociedades de mujeres[64]. En Mollerussa la asociación Albada, con diez años de historia en su haber y casi 800 mujeres inscritas, realizaba actividades durante prácticamente todo el año y obtuvo que se dedicara una calle al Día Internacional de la Mujer. La prensa local informó de que los actos del décimo aniversario fueron un pretexto para rendir homenaje a todas las mujeres de la Associació de Dones del Pla d'Urgell, y que la inauguración de tales actos estaba previsto que fuera presidida por el aún obispo de Solsona, oficiante de la preceptiva misa, en la que participaría el grupo Coral Sant Isidori[65]. Pero no siempre los colectivos de mujeres han sido tan complacientes con los representantes de la tradición. En una localidad aragonesa próxima al espacio cubierto en este artículo histórico, Binéfar, más de 300 mujeres celebraron a Santa Agueda, el día 6 de febrero de 1999, mediante una comida en la algodonera. La novedad fue, en este caso, un auténtico strep-tease integral por parte de un go-go procedente de Barcelona. El cura párroco local, según la prensa, manifestó que le parecía poco adecuada una diversión tan rupturista. Precisamente durante aquellos días en aquella localidad de la comarca de la Llitera se celebraba la Semana de la Mujer, organizada por una entidad local, la Asociación Cultural y Recreativa Binéfar[66]. Si una constante ha habido en el tratamiento de los medios de comunicación de las entidades del Tercer Sector ha sido la de subrayar su papel vivificante y "animador" en un aspecto central como la organización de la fiesta comunitaria. Diariamente la prensa de las últimas décadas ha informado de esta función imprescindible de animación local, desarrollada por grupos más o menos formales, asociaciones y comisiones de fiestas. Función difícilmente cuantificable, pero de efectos benéficos para la convivencia de individuos y grupos, auténtico lubricante en el engranaje del vivir colectivo, sin el cual la estructura chirriaría hasta detenerse. En la Seu d'Urgell (Fiesta de San Juan) la "Olla dels Forguers de la Seu" confeccionó (2000) una falla figurativa a partir de un montaje de Dídac Segura, en aquella ocasión para homenajear al histórico Club de Caça i Pesca de l'Alt Urgell, pero que, además, incluía figuras de la popular serie televisiva infantil Pokémon, en un acto a celebrar al lado del hogar Llar de Sant Josep[67]. La prensa de las últimas décadas fue asimismo testigo del cambio en los hábitos lúdico-gastronómicos de los habitantes del este catalán. Muestra extraordinaria de la transformación fue el auge de la red lúdico-gastronómica de tipo festivo y asociativo conocida como Aplec del Caragol. Las mismas fuentes advierten que en el año 2000 el famoso Aplec generó un volumen récord de residuos( hasta 35 toneladas) en el recinto de los Campos Elíseos leridanos. La celebración lúdico-festiva asociada a cualquier colectivo, tenía en estas tierras una larga tradición popular de sardinadas, "llonganissades" y "caragolades". La "Festa del Caragol" se inscribe plenamente en esta tradición. La idea inicial procede de diez grupos o "colles d'amics", de donde naciera el Aplec del Caragol en la ribera del del Segre en 1980. Inicialmente la fiesta gastronómica tenía lugar en los aledaños del río, pero a raiz de su canalización en 1993, la fiesta o Aplec se trasladó al recinto próximo del parque de los Campos Elíseos. En la cita del cambio de siglo eran un centenar de grupos (colles) ocupando el histórico parque, el domingo siguiente a la Fiesta Mayor. Las "colles" compartieron ágapes durante tres días, y el domingo la fiesta atrajo a gente de muchas comarcas más o menos próximas. El grado de formalización de la fiesta había ido rápidamente en aumento, de modo que el Aplec del Cargol congregaba a una multitud de peñas cada una con su correspondiente uniforme. Ni que decir tiene que la organización del evento contaba con una generosa aportación municipal. La eclosión del Tercer Sector, tan rica como inconexa, y desprovista de coordinación transversal, se ha ido manifestando en el tramo final del siglo XX a través de las acciones de colectivos profesionales o ciudadanos empujando para la solución de deficiencias de todo tipo. Así, los sindicatos CCOO y CATAC organizaban a finales de mayo de 2000 acciones reivindicativas para atajar la falta de personal que colapsaba a la Biblioteca Pública, la instalación cultural más visitada de Lleida, con una media de mil usuarios diarios, pero únicamente con dos bibliotecarias y un número insuficiente de personal auxiliar. Esta visibilidad del Tercer Sector, que los medios de comunicación han ido haciendo posible, ha afectado en el último tramo del siglo XX a campos tan sensibles como el de los intereses de los profesionales o el de la economía social (cooperativismo). Una parte de la actividad voluntaria se fue orientando hacia actividades de formación y reciclaje en las habilidades propias del trabajador de la era de la comunicación electrónica. Así, la leridana Associació de Veïns de l'Escorxador ha sido una entre tantas asociaciones que ofrecía cursos de Internet. Por su parte, la Federació de Comerç FECOM de Lleida desarrolló iniciativas como un curso dirigido a los dependientes de las tiendas de comercio de la ciudad con el fin de mejorar la relación entre comerciantes y clientes[68]. Como se ha dicho uno de los principales activos del Tercer Sector en el Este catalán ha sido sin duda el rico cooperativimo agropecuario. Esfuerzo colectivo y beneficio capitalista han ido muchas veces a la par, como muestra la evolución del poderoso complejo Cooperativa Agropecuària de Guissona. Esta empresa alimentaria cooperativa constituida en Guissona en 1959 disponía a principios de los ochenta de unos 17.000 socios miembros, la mayoría ganaderos, con poca conciencia cooperativista, seguramente[69]. Disfrutaba de instalaciones que permitían el control total del ciclo porcino y avícola. En 1982 era la primera empresa alimentaria del sector cárnico del estado. Y disponía de instalaciones en Guissona, Lleida, Les Pallargues y Santa Coloma de Queralt. La discutida y discutible privatización de esta Cooperativa[70]mostró las contradicciones de la red de Economía Social leridana. El paso a manos privadas -por una especie de una especie de "golpe de estado" de una familia de socios dirigentes- de esta Cooperativa ejemplifica las contradicciones de la red de economía social leridana. La Cooperativa Agropecuària de Guissona (CAG), con la friolera de 52.647 socios en el año 2000, había facturado en 1999 más de 60.000 millones de pesetas. En fecha de 8 de abril de 1999 una asamblea de unos 300 socios (¡poco más del 0,5 % del total de la masa de asociados!) dio paso a la conversión de esta cooperativa en una sociedad anónima. La nueva sociedad-Corporació Alimentària de Guissona S.A.- se constituyó con un capital social de 12.255 millones y la CAG recibió el 61 % de las 73.654 acciones de su capital. Un grupo de socios de la cooperativa, con el apoyo de Unió de Pagesos, la Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya y la Confederació de Cooperatives Agràries d'Espanya, presentó una demanda judicial contra este proceso de conversión de la cooperativa en sociedad anónima, por entender que la maniobra atentaba contra sus derechos y vulneraba las leyes cooperativistas. Entendían que dicha transformación no podía llevarse a término sin conceder un derecho de separación a los socios y sin entregar al movimiento cooperativo el fondo social o Fondo de Reserva Obligatorio (unos 7.500 millones de pesetas en este caso, valorados a la baja por los impulsores de la sociedad anónima, ya que estos activos podían ser valorados, según los demandantes entre 10.000 y 15.000 millones de pesetas). Según los demandantes, la operación había constituido una burla o trampa a las leyes del sector cooperativo, atentando contra ellas en la letra y en el espíritu. Un ex director de cooperativas de la Generalitat de Cataluña significó que la operación de la CAG era muy oscura; según él, y sin menoscabo de la excelencia en el desarrollo empresarial, "la CAG hagués pogut desplegant-se a gran escala com ho han fet altres cooperatives a Espanya (el Grup Mondragón al país Basc, el grup Assistència Sanitària, a Barcelona, el grup Asisa-Lavínia a Madrid,etc.), que també tenen muntades les seves Societats Anònimes, però la propietat de les quals es manté col.lectiva i no en mans d'una Sola família com és el cas de la CAG". En definitiva, concluye hay que diferenciar entre el éxito empresarial y una "operació d'enginyeria financera per a molts de molt dubtosa ètica"[71]. Pero no se vieron en estas comarcas movimientos ideológicos fuertes a favor del modelo cooperativo: el pragmatismo y la desideologización imperaron en el caso de la privatización de la famosa Cooperativa de Guissona. Tampoco el espinoso tema del uso del agua y la contaminación de acuíferos ha suscitado episodio de conflicto agudo a pesar de las actuaciones de grupos ecologistas. La gestión del agua - la de consumo humano como la de riego- ha constituido tema de preocupación recurrente en la Cataluña rural, y en este caso oriental, donde diversos municipios (como Tarroja de Segarra, Ivars d'Urgell o Sant Guim de la Plana) han tenido que buscar alternativas de suministro de agua de boca, a causa de los altos niveles de contaminación por nitratos. La Generalitat definió 61 zonas vulnerables por nitratos en las tierras de Lleida (Noguera, Pla, Segrià, Segarra i l'Urgell). Y comunmente se creía la superación de este problema estaba conectada a la aportación de agua del Canal d'Urgell[72]. Y es que, alrededor de la gestión del agua, se ha ido configurando en las comarcas orientales un paisaje humano determinado, una cultura y hasta una forma organizativa en redes asociativas. Los grupos de intereses, estructurados o en comunidades y sociedades institucionalizadas, Juntas de Agua o de Cequiaje, han ido dibujando sus áreas de influencia, cuotas de poder e intereses económicos. Manifestaciones simbólicas y festivas se han ido constituyendo en torno a la gestión del agua como bien colectivo. Y, en este sentido, las gentes del llano de Lleida se muestran plenamente conscientes del carácter decisivo de este bien[73]. Palabras finales En última instancia, estos apuntes sobre cómo la prensa local leridana ha ido reflejando el movimiento local del Tercer Sector en el Este catalán a lo largo de las últimas décadas hasta el presente, muestra o por lo menos así lo esperamos, la riqueza y variedad de redes e iniciativas, y da pautas de cómo habría que hacer para consolidar una estrategia de "capitalización social" en este territorio, teniendo en cuenta que "capital social" equivale, en la terminología sociológica de nuestros días, a redes de ayuda mutua y de vertebración y estructuración colectiva a partir del esfuerzo de base voluntaria. La acción de las redes asociativas en y sobre el territorio, puede facilitar un incremento del "tono" (o capital) social, mediante la colaboración y sinergias, pero también a través del debate y conflicto constructivo. Detrás de ello está en juego la misma idea o representación de identidad colectiva, siempre en tensión, y cada vez más alejada de representaciones "esencialistas" de la comunidad nacional, en una sociedad abierta. El análisis del caso leridano nos ha permitido intuir, esperamos, el papel de algunos de los principales nódulos y redes de sociabilidad organizada -asociaciones, federaciones- desde 1975 hasta 2002 en una sociedad como la catalana que ha sufrido la crisis post-industrial y luego se ha encaminado a marchas forzadas hacia la globalización y un proceso imparable de multiculturalismo. Concentrando la atención, preferentemente, en un medio específico de comunicación, la prensa local -en particular, para la ocasión, la leridana-, se ha constatado que este medio constituye una importante fuente primaria para la reconstrucción y análisis del Tercer Sector, tanto en el aspecto histórico como en el del mejor conocimiento de la realidad sociológica actual. La prensa local permite al investigador captar mucho mejor que la prensa general (que obvia muchas conexiones, y únicamente las explicita en el caso de asociaciones y entidades del Tercer Sector de gran peso cultural, social o económico) los nódulos y redes del Tercer Sector, y, a pesar de sus condicionantes económicos, políticos y clientelares, esta prensa local acaba siendo bastante transparente para el investigador que pretende captar la función de las redes de sociabilidad y del asociacionismo, y cómo éste incide en la política. Además, la repercusión mediática de las actividades del Tercer Sector en el ámbito local o más general constituye un importante aliciente o acicate de las actuación de las entidades voluntarias y de los propios voluntarios. En cualquier caso, se constata la progresión del sector no-lucrativo y se señala el desfase creciente entre los canales de participación política tradicionales y las demandas de las organizaciones voluntarias surgidas en la sociedad civil como respuesta a retos nuevos como el multiculturalismo, la lucha contra la exclusión o el deterioro del medio ambiente. Notas [1] Posiblemente habría que remontarse al período 1936-1939 para otra movilización tan general de la ciudadanía, en especial de su franja joven.
[2] Aquel que se encuentra entre el Estado y sus estructuras centrales, periféricas y locales, por un lado, y el sector económico lucrativo. Dentro del ámbito "Tercer Sector" considerado en esta comunicación incluimos asociaciones, fundaciones, ONGs y entidades de economía social.
[3] En este sentido, uno no tiene más que considerar las derivaciones del reciente escándalo de Gescartera: Antonio Sáenz de Miera, "El riesgo y la filantropía", El País, 29/8/2001, p.8: "Es sorprendente que entre los perjudicados de Gescartera aparezca un conjunto heterogéneo de instituciones no lucrativas, de alta repercusión social para la sociedad española(...)". Para este autor, "la transparencia no debe observarse como un obstáculo que limita el desarrollo de la organización no lucrativa, sino como una condición indispensable que le identifica con su vocación pública".
[4] Según el Anuario Económico 2001 de la Caixa, constituía la tercera provincia española más rica, detrás de las Baleares y Girona.
[5] Como podría ser el elitista "Círculo" del Gran Teatro del Liceo de Barcelona, cuya crisis a propósito de su conservadurismo y su política en relación a la admisión de socias ha sido noticia internacional. L. Morgades informa en El País, 28/9/01, sección Cataluña, p..9 del apoyo asambleario a la junta provisional que asumió el mando tras la "crisis de las mujeres" : Joaquín Calvo ganó la presidencia del Círculo del Liceo con más del doble de votos que su oponente.
[6] Así, de un comerciante acreditado de Lleida muerto en un accidente de tráfico, óptico en una céntrica calle, nos enteramos de que era socio del Club Ciclista Terraferma, según La Mañana,15-01-2002, p. 21. La red en la que el infortunado estaba inserto- el sector de la óptica de Lleida, así como los comerciantes de la zona del Eix Comercial- quedó conmocionada.
[7] Estudios recientes sobre las elites catalanas son Pere Cullell i Andreu Farràs, L´Oasi Català, Planeta, Barcelona, 2001, o Gary Wray McDough, Las buenas familias de Barcelona, Omega,1989. Más antiguo: Jardí, Enric, 1.000 famílies catalanes, Dopesa, 1977.
[8] Segre, 28-12-2001, Web "Lleida". Muerte a los 82 años de edad en Barcelona, y funeral en Lleida, parroquia de Sant Llorenç, de Juan Casimiro de Sangenís Corrià, farmacéutico de profesión. Dicho personaje fue alcalde de la capital del Segrià entre 1967 y 1974, y precedió en el cargo a Miquel Montaña, quien murió a su vez el pasado día 13 de diciembre. Además de presidente (durante diez años) de la Unió Esportiva Lleida en 1951, este farmacéutico, quien siempre se declaró franquista convencido, dejó el ayuntamiento para ser el último presidente de la Diputación antes de la democracia, entre 1974 y 1979 concretamente. Sangenís era hijo de un diputado carlista fusilado en 1936- Después de luchar durante la Solà civil con el ejército sublevado, regresó a Lleida en 1941 para abrir una farmacia en el actual Prat de la Riba. Como alcalde impulsó las obras públicas de muchos de los principales ejes viarios de Lleida, fundó el museu Morera. Uno de los aspectos de su afición al deporte, fue su participación en competiciones de coches con un Seat 600. Como casi todos los alcaldes de la época franquista, fue miembro de Caliu Ilerdenc, asociación o lobby de carácter cultural y gastronómico, de considerable peso político en la Lleida de la Dictadura.
[9] La Mañana, Lleida, 25/9/01, p.51, noticia de A. Rodríguez: la Comisión de Cultura Popular - que dependía de la Conselleria de Cultura de la Paeria (Ayuntamiento)- reivindicaba un museo para los "Gegants". Agrupaba a 52 entidades y se enorgullecía de que la ciudad fuera una ciudad "gegantera" desde 1995 y de que en ella estuviesen censados un total de 40 gigantes.
[10] Segre, Lleida, 10/5/2001, p. 13, R. G. Giribet: la Associació de Comerciants Foment Targarí tenía que debatir en asamblea -a petición de algunos comerciantes que querían anularla- sobre la celebración del mercado en días festivos, debate éste recurrente desde principios de los noventa. Se daba la circunstancia de que esta entidad se había convertido en una de las "principales" asociaciones de comerciantes de Cataluña del ramo, según su presidenta Núria Robert, para quien también era representativa de la mayoría del sector en la zona.
[11] Segre, Lleida, 10/5/2001, 50 (J.C.).
[12] A principios del segle XVII, Felip III decretó la expulsión de la minoría musulmana. También había habido en la ciudad de Lleida una activa minoría judía, expulsada en 1492. GATIUS,S. ROCHA,P. (1998), Minorías étnicas en Lleida. Dos estudios sobre etnicidad, Edicions de la Universitat de Lleida, Lleida. A mencionar los múltiples trabajos de Jordi Garreta sobre multiculturalidad y educación en las tierras de Lleida.
[13] Segre, 5/9/2000: "Nova llei per als aragonesos de la diàspora"- Correo del lector. Carta de Fernando Semprún Romeo: "s'acostuma a dir que Barcelona és la segona ciutat d'Aragó, i això per significar l'important nombre d'aragonesos que viuen en territori català: de les cinquanta-sis cases i centres d'Aragó són unes vint les que estan ubicades en localitats catalanes".
[14] Federación de Casa y Centros Regionales de Lleida: la Mañana, Lleida, 16/11/2000:51.
[15] Avui, Barcelona, dilluns,13 de maig de 1996,p. 25, Magda Gutiérrez, "Boicot sardanista a les cases regionals en les festes de Lleida".
[16] Responsable del espacio "Sardanejant" del diario Segre,donde se informa de Concursos sardanísticos como el de Ivars d'Urgell, de las actividades "Saltem i Ballem" o de la celebración del Dia Universal de la Sardana, como también de las incidencias de la agenda sardanista en las diversas comarcas leridanas.
[17] Prueba de ellos fue que el 29 de julio de 2000 la Colla Castellera de Lleida celebró nada menos que el quinto aniversario de su fundación mediante un "sentit homenatge"(sic) a sus socios fundadores, con cena incluída en el hotel Ilerda de la ciudad. En el decurso de esta cena el presidente de la Colla concedió la "Medalla d'Or" de la entidad al Concejal de Cultura de la Paería, qien quiso destacar las "ganas de hacer ciudad" de los "castellers". Previamente a la antedicha cena, había tenido lugar un actuación "castellera" en el barrio de Pardinyes, Lleida, que culminó en el descubrimiento de una placa dedicada a los "Castellers" en el local social del citado barrio. Por cierto que el presidente de la sociedad "castellera" tuvo unas palabras de recuerdo de la organización vecinal Orvepard y de su antiguo y carismático presidente, Jacinto Pernia, a quienes agradeció la colaboración mostrada en estos cinco años: la Mañana, 31/7/2000: 21, "La Colla Castellera de Lleida rinde tributo a sus fundadores", crònica de David Bachiller.
[18]En Juneda la Associació la Roca Fumda organizaba conjuntamente con el Ayuntamiento una conferencia sobre la música tradicional catalana en el Centre Cívic i Cultural (finales de mayo 2000).
[19] En los primeros años noventa "la majoria de gent ( de Lleida, procedent de Marroc o Algèria) havien iniciat estudis universitaris. Molta gent del Senegal amb beques per anar al Marroc- tot això abans dels acords de Schengen". Entrevista a Imma Moré, de Cáritas-Lleida(1998)
[20] Enfrentamientos entre CCOO y Unió de Pagesos, Vilanova de Segrià, a causa de los temporeros: la Mañana, Lleida, 3/9/1987.
[21] La Mañana, 9/6/1977: visita del gobernador civil al barrio leridano de la Bordeta, a invitación del presidente de la Asociación de Vecinos.
[22] La Mañana, 8/6/77:7,art. "Cáritas leridana ante la democracia", donde el sacerdote responsable de la organización, Mateo Freixes se queja de que "la aportación desinteresada a la ayuda del hermano ha ido a un ritmo seis veces y media menor que el crecimiento de los costes de vida" (en los últimos cuatro años).
[23] Ibid. 11/6/1977: 3, donde este órgano de prensa lanza el grito al cielo contra quienes vuelven a "conjugar el terrible verbo incautar", refiriéndose al encierro de militantes de la anarcosindicalista CNT en la sede del rotativo Solidaridad Nacional el domingo anterior.
[24] La Mañana, 7/6/1977.
[25] La Mañana, 1/6/1977: 22.
[26] Ibíd., 23/9/1978: el presidente Josep Tarradellas con los presidentes de las Diputaciones.
[27] La Mañana, 21/10/1978: 7 ( Carles Revés).
[28] La Mañana, 5/6/1985: "L'objecció fiscal", por Angel Arana, miembro del Moviment d'Objectors de Ponent-Estudiants per la Pau.
[29] Un movimiento que, en temas de Bienestar Social, ahora ya no tiene por interlocutor al Estado Central, como durante el Franquismo, sino al Gobierno Catalán. El presidente de la leridana Asociación de Vecinos de la Mariola, Eugenio Franco, entregó un dossier de cien folios al director de Arquitectura i Habitatge de la Generalitat, Joan Ràfols, en el que expresa su disconformidad con las irregularidades habidas en la concesión de viviendas del IPPV (Instituto de Promoción Publica de la Vivienda), transferidas a la Generalitat: la Mañana, 1/6/1985:4
[30] La Mañana, 5/6/1985: se anuncia una mesa redonda sobre la gestión municipal en la Lleida del alcalde socialista Siurana, donde aparte de un representante del equipo de gobierno local, había varios representantes de entidades como el Colegio Oficial de Aparejadores -organizador, por cierto, del acto-, la Cámara de Comercio, la Federación de Comerciantes, la Universidad de Lleida y la Federación de Asociaciones de Vecinos, ésta representada por su presidente Jacinto Pèrnia i Val.
[31] La Mañana, 2/6/1985. Las entregas en Lleida debían realizarse en los locales de la Iglesia Evangélica (Mariola) y en Bellpuig en el Orféo de la Joventut. Nótese que una de las minorías protestantes locales ya no tiene el papel marginado y marginal que tuvo durante todo el franquismo.
[32] La Mañana, 4/6/1985:34; presentación del estudio de Julià Graus, con una foto sobre los "jerarcas locales" de última hora del Régimen franquista de ilustrativo valor.
[33] Id., 2/6/1985: 20 (una página cada primer domingo de mes).
[34] DOGC 1535, 30/12/1991, Llei 25/1991, 13 diciembre: creación del Institut Català del Voluntariat.
[35] Así, por ejemplo, leemos que el ayuntamiento de Alpicat, población de 4.000 habitantes celebró el 26 de mayo un Consejo Consultivo con las asociaciones, al tiempo que invitaba a los colectivos a participar en la toma de decisiones (véase A. Martí, La Mañana, 25/5/00,p.17). El Consell Consultiu es una sesión que organiza el Ayuntamiento de esta localidad una o diversas veces al año desde 1997 para someter a consulta popular temas de interés que posteriormente serán refrendados en el pleno consistorial. En el caso a que nos referimos, los temas a consulta iban desde la forma de hacer efectivo el crecimiento de la zona urbanizable del municipio hasta la gestión del agua potable, pasando por la gasificación, la gestión municipal, la construcción del pabellón polideportivo, la recogida selectiva de escombros o las colas en la atención sanitaria en el consultorio médico, de capacidad insuficiente.
[36] A mediados de abril de 2000, técnicos de la compañía eléctrica Fecsa-Enher retiraron una torre eléctrica de alta tensión después de diversas protestas de vecinos de la calle Palauet, de la Bordeta, a causa del peligro de la instalación eléctrica. La Paería y la compañía eléctrica acordaron soterrar el cableado. Los vecinos promovían acciones para que les fuese rebajada la contribución especial de la urbanización de la calle, que consideraban abusiva. J.Tarragona, El Periódico, Barcelona, 18/04/2000.
[37] La Associació de Veïns de la Bordeta, por ejemplo, se movilizó para exigir que el Tren de Gran Velocidad pasara bajo tierra y para que el trazado de esta magna infraestructura se atuviera a determinadas garantías.
[38] Como el de la partida de Rufea, La Mañana, 15/6/2000: 10.
[39] Así, con relación al Montepiu Ilerda de Conductors, Segre 17/6/2000 informa de su disolución para unirse a cinco montepíos más. Así termina la trayectoria de 65 años de historia de una entidad con 2.300 socios.
[40] Esta organización promovió las obras de restauración de una guardería en Sarajevo, barrio de Mojmilo, con capacidad para mil niños. La visibilidad del acontecimiento es patente: el diario local la Mañana informaba en portada el 4 de noviembre 2000 que una delegación de 40 leridanos participó este día en la ceremonia de inauguración de la guardería bosniana.
[41] Las actividades de ésta no afectan únicamente al campo sanitario sino que, a veces, cubren campos afines de educación de salud y hasta de recreo. Así la Mañana, Lleida, 24/5/2000: 17 informa que Creu Roja Mollerussa ha preparado un esplai temàtic (recreo temático) para el verano.
[42] El País, 1/8/2000:30: de los más de 20.000 millones de pesetas del ejercicio fiscal de 1998 recaudadas por el Ministerio de Asuntos Sociales, el año 2000 son distribuidos en un 20 % por el Ministerio de Asuntos Exteriores para programas de cooperación internacional, mientras que el 80% restante, o sea más de 16.000 millones de pesetas, se distribuyen a través del Ministerio de Asuntos Sociales entre asociaciones sin ánimo de lucro, y, de este fondo, las dos organizaciones que se llevan la parte del león ( más de 2.000 millones de pesetas ) son, precisamente, Cruz Roja y Cáritas.
[43] Este equipo de fútbol se remonta a 1939, con el nombre de Lérida Balompié, nombre que dio paso al actual en 1947. Subió a segunda división en 1949 y en 1950 a primera, pero efímeramente. Antes de la Solà civil la Penya Esportiva Salvat había fundado el Club de Futbol Lleida en 1923, club que durante los años treinta dio lugar al Club Esportiu Joventut, desaparecido en 1935. En su lugar, según la Gran Enciclopèdia Catalana, vol. 9(1976, Barcelona), se formaron la AE Lleida y el Lleida SC, base del ya citado Lérida Balompié.
[44] Segre, Lleida, 24/5/2000: 8. El mismo día, noticia de M.A.M., La Mañana, Lleida, p. 27. Según J.M.A. en el primer rotativo, la Paeria apoyaba también la creación de un Centre Europeu d' Empreses i Innovació, a partir de APLOELL-, organización local compuesta por CCOO, UGT, la Coell y la Universidad de Lleida. La histórica Mútua era un activo del "capital social" local, como podía serlo la no menos histórica Mútua L'Aliança, que, por cierto estaba proyectando una nueva clínica para 2002, que podría ser el fruto de una permuta de su actual clínica con la clínica municipal de Prat de la Riba, en caso de producirse un acuerdo con el Ayuntamiento. La Paería ofreció a la Aliança la posibilidad de construir una clínica nueva, en función de las previsiones urbanísticas : Segre, Lleida 4-11-2000.
[45] Un encuentro de alcaldes de Lleida e Igualada, además de reclamar una nueva línea de tren que uniera a ambas ciudades, con un ramal de la línea Lleida-Cervera-Igualada, puso de manifiesto la satisfacción de ambos por la fusión de la Mútua Lleidatana con la de Igualada, fusión presentada como un ejemplo a seguir.
[46] Segre, Lleida,17/6/2000: el PSC local también solicitó a Robert que cediera uno de sus dos cargos.
[47] Durante la República, sobre la fuerza de la burguesía industrial y comerciante y elecciones locales como la de 1931, por delante de las ascendentes fuerzas republicanas populistas , véase, Coma, G.,1990: 245.
[48] Este "Plenari dels Infants" era presidido en mayo de 2000 por el hijo del concejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento leridano, Oriol Yuguero, según la Mañana, 24/5/2000:12.
[49] El País, 1/8/2000: 30.
[50] 300 millones fueron a un "Fondo de Emergencia Social" para tapar el brote xenófobo del 2000 en El Ejido (Almería).
[51] La Mañana, 24/5/2000.
[52] La Mañana, 15/6/2000: 11.
[53] La Mañana, Lleida,24/05/2000:13. M. F. informa que "Pallassos sense frontera apropen (acercan) el Sahara a Balaguer", haciendo referencia a la movilización de vecinos y entidades frente al Ayuntamiento. La noticia añade que las familias que se solidarizaron con los saharauis dando acogida a niños viajaron meses después al Sahara para conocer la realidad de un colectivo "que vive desde hace 25 años en el desierto". Por otro lado, diversas entidades en ciudades de la zona, como la misma Balaguer, participaron en la campaña de del 2000 "Un minut per a la vergonya".
[54] La Paeria. Butlletí de l'Ajuntament de Lleida, n. 125, junio 2002,p.6: la partida de ayudas prevista en la convocatoria de 2002 prevé 313.768,65 euros destinados a las Asociaciones de Vecinos por 44,728,49 euros para las Casas Regionales.
[55] La Mañana, Lleida, 15/6/2000:37
[56] La Mañana, Lleida, 15/6/2000: 24.
[57] E.B. R.C. la Mañana,15/6/2000: 29, Segre, 15/6/2000:41.
[58] Los vigilantes de la gran cárcel de Lleida inmovilizaban a los presos con esposas sujetas a las camas, técnica utilizada como castigo, y cuya práctica dio lugar a reacciones en cadena por parte de los reclusos, reacciones que a su vez generaron una nueva tanda de malos tratos por parte de los vigilantes.
[59] La Mañana, 24/5/2000, E. Bayona, J.Tuldrà, p. 24.
[60] Segre, Lleida 15/6/2000: 29.
[61] El coste del centro se cifraba en 170 millones, de los cuales la Generalitat se haría cargo de 40 millones: la Mañana, Lleida, 16/11/2000:11.
[62] Segre, Lleida,12/1/2001.
[63] El País, 25/4/2001, "El Gobierno logra dividir a las ONG en el Consejo de Cooperación": Cruz Roja, Cáritas y Ayuda en Acción acudieron a su invitación para ser vocales del Consejo de Cooperación, órgano consultivo de la Administración. La coordinadora de ONG para el Desarrollo (CONGDE), que había reiterado que ninguna de sus 100 organizaciones debía acudir, anunció que impugnaría el decreto sobre la composición del Consejo.(...). La coordinadora, que antes elegía a seis representantes, señaló que "la única representación legítima es la decidida democráticamente por el sector" y "no discrecionalmente por el gobierno". No acudieron a la reunión CONGDE, Movimiento 0,7%, ni Intermon Oxfam. Sí asistieron, por el contrario, Cáritas, Cruz Roja y Ayuda en Acción-que tiene 135.000 socios.Associació de Dones d'Almatà : el 26 de maig de 2000, conferencia de Historia de la Noguera (las tierras del Marquesado).
[64] Associació de Dones d'Almatà : el 26 de maig de 2000, conferencia de Historia de la Noguera (las tierras del Marquesado).
[65] La Mañana, Lleida, 24/05/2000: 17.
[66] La Mañana, Lleida, 6 febrer 99
[67] Y, por su parte, la Associació d'Amics de la Botifarra de Balaguer celebró el 23 de juliol 2000 el primer campeonato de "botifarra" Ciutat de Balaguer,con la asistencia prevista de doscientas parejas: cf. la Mañana, 15/6/2000,p. 15-16.
[68] La Mañana, Lleida, 16/11/2000.
[69] Enciclopèdia Planeta-Larousse. Suplemento 1985.
[70] Diversos artículos sobre el proceso de la CAG: Castaño,J.(2000), "Guissona, de Cooperativa a Societat Anònima", Cooperació Catalana, marzo,n..220,8; DD. AA.(1999), "La privatització de les Cooperatives. Guissona, el primer pas?", Cooperació Catalana, 216, noviembre,7-8; -Galtés,M. (2000), "Guissona, de Cooperativa a Societat Anònima", La Vanguardia, 12 febrero, 8, suplemento "Economia"; Horcajo,X. (2000), "Una demanda impugna el cambio legal de la Cooperativa de Guissona", El País, 8 abril, "Cataluña",11.
[71] Véase nota anterior.
[72] Segre, Lleida, M. Benabarre, 24/5/00: 16.
[73] Hasta el punto que la prensa da cuenta de la aparición de una asociación pro dia internacional del agua en la localidad de Almacelles; J. Ibarz Gilart: "Almacelles i el Dia de l'Aigua", la Mañana, Lleida, 26/09/2000:4.
Pere Solà i Gussinyer |